Algunos de los niños hiperactivos que comienzan el colegio, mejoran. Éstos suelen ser niños que en su temprana infancia eran muy activos aunque sin llegar al extremo de la hiperactividad. Normalmente se trataría de niños brillantes, excitados y energéticos aunque también podrían tratarse de niños organizados, con buenas capacidades para relacionarse con los demás niños y con capacidades para reconocer cuando es necesaria una tranquilidad relativa. Para estos niños, la escuela abre un amplio abanico de actividades, el estímulo de relacionarse con otros niños, y la canalización de la energía que poseen.
Para los niños hiperactivos, la escuela puede ser una experiencia nueva que supone un desafío aunque para otros niños, las nuevas demandas que aparecen en su vida les pueden resultar excesivas. Esto es así, porque la naturaleza exacta de las distintas dificultades es diferente para cada niño.
A algunos niños, este nuevo ambiente les produce confusión facilitando que se distraigan. Se suelen desorganizar y pasar de estar haciendo una cosa a hacer otra; cualquier cambio por infinitamente pequeño que sea les llama la atención, aunque no por ello tienen que sentirse angustiados. En cierto modo, pueden sentirse excitados y alegres, o al menos al principio. Las personas que se encuentran a su alrededor son las que sienten la tensión. Los maestros por ejemplo, suelen considerarlos agotadores y destructivos. Los otros niños se apartan de ellos construyendo un escenario de aislamiento y resentimiento que va en aumento.
Muchos niños hiperactivos sienten que lo más duro de la escuela es la falta de sus apoyos habituales que en la mayoría de los casos son los padres. Para los niños que mantienen una relación firme con los dos padres o con uno de ellos, gozan de una base sólida a partir de la cual, pueden explorar el mundo. Sin embargo, los niños que han experimentado previamente un rechazo son los que se angustian y se enfadan con mayor frecuencia.
Ambas conductas son muy comunes, hasta cierto punto, en muchos niños. Ambos pueden formar parte de la adaptación a la nueva situación y posteriormente ir desapareciendo conforme la escuela se va tornando más familiar. Esto, no debería ser motivo de preocupación a menos que la reacción del niño sea extrema o persistente. Este problema se puede solucionar introduciendo poco a poco al niño en esta nueva experiencia.
A veces, la hiperactividad del niño puede causarle dificultades para acostumbrarse a la escuela, pero los maestros y maestras ignoran la causa de su comportamiento cayendo por lo tanto en un juicio erróneo del niño. Cabe señalar, que esto suele suceder en países como Inglaterra, donde la hiperactividad no es identificada como un problema psicopedagógico.
Para que un niño hiperactivo esté mejor preparado para adaptarse a la escuela, sería necesario que previamente se le hubiera apuntado a una guardería o a un grupo de juegos para ayudarlo a adaptarse a otros niños, siendo muy útil la presencia de los padres. Aunque desgraciadamente, estas experiencias preescolares no se consiguen fácilmente. Además, cuando los niños son muy conflictivos, se les pide a los padres que los retiren de estos grupos por alterar el curso de la clase. Algunos colegios facilitan que estos niños permanezcan en una clase con niños más pequeños, pero no todos los colegios son tan flexibles.
Se puede decir que los problemas de atención son los que más afectan al niño en la escuela puesto que los maestros esperan de los niños un periodo de atención que se amplía gradualmente y la falta de ésta frena el progreso. Para solucionar estos problemas primeramente se debe aceptar el problema. Una vez que se ha aceptado el problema, el maestro debe adaptar adecuadamente la enseñanza para estos niños, por ejemplo, cuando un niño hiperactivo tiene que aprender algo en clase, es mejor dividir el tema en pequeños pasos para que lo pueda aprender en un breve periodo de tiempo. Esto le da al niño la oportunidad de descansar entre cada paso aunque cada espacio de tiempo dure sólo unos pocos segundos. Al final el resultado será mejor que si las lecciones fueran prolongadas y continuas.
Otro aspecto de la estrategia de aprendizaje es destacar lo que es verdaderamente importante. Normalmente, el niño progresa desde un punto en el que su atención es desviada por cualquier estímulo que lo haya atraído – por su color, por ser el más brillante o el más ruidoso – hacia la capacidad de centrarse y reconocer los principales aspectos lógicos del problema. Esto se puede lograr indicándole qué es lo más importante del problema.
Una segunda estrategia consiste en concentrarse directamente sobre las ocultas posibilidades de atención del niño. Existen diversos aspectos de la atención que es necesario estimular:
- Persistir en una determinada tarea durante periodos establecidos.
- Estimular el que el niño sea capaz de hacer pausas y que reflexione cuando se le pregunta algo o se le presenta un problema. Es preciso conseguir que se tome su tiempo y piense antes de contestar.
- Deben aprender gradualmente a desarrollar el arte de la atención dividida; es decir, concentrarse simultáneamente en varias cosas y ser capaz de escoger la más esencial. Algunos maestros especiales pueden estimularlos a conseguir esto enseñándoles a dialogar consigo mismos acerca de lo que están haciendo y de esta forma descubrir qué lo que deben hacer, como por ejemplo, repetir frases como <
No existe contradicción alguna entre estos dos modos de ayudarlos a deshacerse de sus impedimentos: por un lado reconociendo el problema e intentando reflexionar sobre el mismo; y por otro lado, la enseñanza terapéutica que consistiría en la última estrategia. El equilibrio es parte de la educación de todos los niños con discapacidades. Quizá en este caso en particular, la tarea más laboriosa sería la de reconocer el problema puesto que la falta de atención es un problema sutil que a menudo se enmascara.
Una concentración débil es un obstáculo incluso cuando el niño se vale por sí mismo. Por ello, gran parte de la educación consiste en lo que los alumnos descubren por sí solos y en que le dan sentido a su propio mundo de una forma activa. La curiosidad a largo plazo es mucho más importante para ellos que escuchar lo que los adultos les dicen. Sin embargo aunque parece que los niños hiperactivos exploran intensamente, existe una diferencia fundamental entre su exploración poco eficiente y la constructiva curiosidad de los niños brillantes que siempre permanecen alerta. La exploración de un niño hiperactivo es breve, dispersa y repetitiva, no conduce a ideas ni a la comprobación de ideas sino simplemente a otra ronda de exploración. Ellos no demuestran un interés continuo, sino que el maestro es quien debe procurar estimularlos exteriormente para despertar en ellos un interés ya sea por medio de una novedad, un cambio o mediante el humor.
Cuando se produce esta falta de concentración y de interés, los maestros se enfrentan con un desafío en muchos sentidos. En primer lugar, deben reconocer este déficit en la capacidad de concentración y atención; y posteriormente deberán adaptar la enseñanza al nivel individual del desarrollo del niño.
La falta de atención es uno de los factores de riesgo que pueden conducir a problemas de aprendizaje. Los niños que se retrasan en el aprendizaje tienden a desarrollar otros problemas. Por ejemplo, casi la mitad de los niños que presentan un retraso en la lectura también se comportan de una forma antisocial, que los puede conducir al robo, a la agresión, etc. Estos niños se acostumbran a los fracasos y se convierten en seres descontentos, vulnerables y desesperanzados.
La prevención requiere esfuerzos positivos y un trabajo de equipo entre los profesores y los padres. Si se deteriora la comunicación entre el colegio y la familia, el niño sufre. Por ejemplo, cuando un maestro intenta mantener la disciplina con un niño que está fuera de control, mediante la comunicación de informes en el que se señale el comportamiento positivo realizado por el niño este comportamiento de desfase puede mejorar. Esta forma de comunicación es tan importante para los niños como para los padres ya que estos informes destacan determinados aspectos que los padres deben estimular y recompensar.
La comunicación entre padres y maestros como hemos mencionado antes es fundamental pero a veces esta comunicación puede interrumpirse debido a que cada parte tiene ideas diferentes de lo que es la disciplina. Por esta razón, es necesario que ambos estén dispuestos a conversar, respetándose mutuamente.
Los niños que presentan una severa hiperactividad a menudo no se adaptan a la compañía de otros niños. Son poco populares y no saben cómo cambiar para que los acepten.
El proceso normal de hacerse amigos es sutil y recíproco. Un niño que se une a un grupo debe conocer las reglas y los juegos de dicho grupo y sólo después de conocerlos puede tener influencia sobre los demás miembros. Sin embargo, los niños hiperactivos al ser muy impacientes, inconformistas y con pocos sentimientos en relación con los demás niños, es excluido y aislado puesto que no puede adaptarse a las dificultades del grupo.
Los adultos deben enseñarles cómo controlarse y cómo hacer turnos; algunos realmente llegan a aprenderlo.
La elección de un colegio para los niños hiperactivo es una decisión crucial. Normalmente, los niños hiperactivos pueden asistir a cualquier colegio siempre y cuando éste sea flexible y se adapte a las necesidades del niño; aunque en ocasiones, se recomienda a los padres una escuela especial para que el niño se beneficie de un determinado enfoque educativo, como la motivación de la conducta o la enseñanza terapéutica intensiva. La decisión muchas veces se basa en las ofertas locales y no en el conocimiento teórico de cuál es la institución más adecuada.
Un psicopedagogo es generalmente la persona que está en la mejor posición de decidir cuál es el mejor colegio para las necesidades del niño. Realmente, es un tema de debate si un niño hiperactivo debería ser educado en una escuela especial o si debería recibir una educación especial en una escuela normal. De todas formas, el tipo de escuela elegida dependerá de cuál es el problema principal de cada caso en particular.
El tratamiento psicopedagógico del niño hiperactivo se realiza con más eficacia si el profesor está interesado en ello. A continuación, se incluirán algunos ejercicios de aprendizaje que el maestro puede utilizar. Sin embargo, si el profesor es un educador especial o tiene varios niños hiperactivos, necesitará un programa de tratamiento más intensivo que complementará a un plan de trabajo para realizar diariamente.
Estos son algunos ejercicios:
RELAJACIÓN CORPORAL
Objetivo: Relajarse conscientemente y controlar el cuerpo entero.
Materiales: Una colchoneta, una colcha, en definitiva cosas con las que poder tumbarse en el suelo; hoja de registro (consiste en una tabla en la que el niño apuntará los datos del ejercicio) y un cronómetro.
Procedimiento: Cuando el niño ha escrito la fecha y puesto en marcha el cronómetro, empieza el ejercicio. Luego irle diciendo, <
Cuando el niño realice de nuevo el ejercicio, decirle que intente permanecer quieto sobre la colchoneta, durante un periodo de tiempo más largo.
Actividades Complementarias: El niño puede repetir este ejercicio mientras está tumbado sobre la hierba o en un banco en el patio de juegos.
RESPIRAR LENTAMENTE
Objetivo: Ser capaz de relajarse, disminuyendo el número de inspiraciones por minuto.
Materiales: Silla, reloj con alarma y hoja de registro.
Procedimiento: Decirle al niño, <
Actividades complementarias: Permitir al niño usar un estetoscopio y escuchar los latidos cardiacos, mientras respira profundamente y se relaja. Hacerle contar y anotar el número de pulsaciones por minuto e intentar disminuirlas.
PÉNDULO
Objetivo: Concentrarse en el péndulo y mantenerlo inmóvil el mayor tiempo posible.
Materiales: Mesa; moneda; péndulo (o cualquier objeto similar); cronómetro y hoja de registro.
Procedimiento: El niño ha de poner en marcha el cronómetro y sentarse con los codos sobre la mesa y las manos entrelazadas. Luego decirle, <
Actividades Complementarias: Se pueden utilizar diferentes clases de péndulos. El niño puede colocar un pequeño imán sobre la mesa, como blanco, y suspender el vértice del péndulo encima, sin tocar el imán, durante tanto tiempo como le sea posible.
ESCUCHAR CUENTOS
Objetivo: Ser capaz de escuchar un cuento atentamente y de contarlo cuando haya finalizado.
Materiales: Discos o cintas magnetofónicas de cuentos y tocadiscos o magnetófono; cinta para grabar y micrófono; auriculares y hoja de registro.
Procedimiento: Decir al niño, <
Actividades Complementarias: Pedirle al niño que escuche chistes y adivinanzas y que los repita, grabándolos en cinta magnetofónica.
CAMINAR SOBRE PUNTOS
Objetivo: Caminar lentamente sobre un diagrama de puntos.
Materiales: 16 círculos negros de varios centímetros de diámetro; 10 o más tarjetas con diagramas de puntos; cronómetro; hoja de registro. Estos son algunos recorridos que se pueden realizar:
Procedimiento: Empezar con tarjetas sencillas. Dirigir al alumno que mire el diagrama de la primera tarjeta y trace, después, su recorrido con la vista. Luego pedirle que sujete la tarjeta y camine, lentamente, sobre los puntos siguiendo el esquema de la tarjeta. A continuación pedirle que lo haga al revés, lentamente.
Finalmente hacer que observe la tarjeta y que luego la deje a un lado y que, muy despacio, haga el recorrido de memoria. Controlar el tiempo con el cronómetro.
Actividades Complementarias: Hacer que el alumno diseñe sus propios recorridos en un papel y luego los reproduzca caminando. También puede diseñar otros modelos empleando letras y números.
CARRERA DE SÍMBOLOS
Objetivo: Ser capaz de escribir correctamente tantas letras y números diferentes como sea posible durante dos minutos.
Materiales: Lápiz, papel, reloj con alarma y hoja de registro.
Procedimiento: Decir al niño que, después de colocar la alarma del reloj para que suene dos minutos más tarde, Coja su lápiz y papel y escriba todas las letras y números diferentes que pueda hasta que suene la alarma. Podrá escribirlos en orden que desee, pero no repetirlos, y trabajará lo más rápidamente posible. Cuando suene la alarma, contará el total de letras y números que haya escrito en el papel y lo anotará en su hoja de puntuaciones. Luego lo intentará de nuevo, concentrándose en batir su récord previo.
Actividades Complementarias: De forma semejante, pedir al alumno que escriba tantos nombres como le sea posible (en dos minutos, luego en tres). Sugerirle que continúes con nombres de frutas, coches, equipos de fútbol, etc.
Anotará su puntuación y procurará mejorarla.
SECUENCIA ALFABÉTICA
Objetivo: Ser capaz de escuchar una palabra y colocar verbalmente sus letras en orden alfabético.
Materiales: Un compañero, una lista de palabras y una hoja de registro.
Procedimiento: Explicar al niño, <
Actividades Complementarias: Después de que el alumno termine con una lista de palabras sencillas, pedirle que elabore su propia lista. Luego proceder a darle las palabras verbalmente sin mirar la lista. Pedir al niño que sugiera sus propias palabras y secuencias sin apoyo visual. Según se vayan desarrollando su atención y memoria, proponerle palabras más largas y abstractas.
La programación deberá empezar siempre con una evaluación directa del alumno realizada por el profesor que va trabajar con él. Una vez que la evaluación se ha completado, los datos son muy valiosos para empezar con la programación y educación del niño.
Es aconsejable, para el profesor que desee reducir la hiperactividad a través de un programa escolar completo, que se organice alguna escuela local como Asociación para la Orientación y Tratamiento de los problemas de Aprendizaje y Conducta.
Si esta asociación incorpora a los padres, alumnos y representantes administrativos, puede ayudar a encontrar muchas innovaciones curriculares, alternativas e intervenciones positivas, para reducir la hiperactividad.
ESQUEMA DE PROGRAMACIÓN DEL PROFESOR
Para la evaluación psicopedagógica y programación con alumnos hiperactivos
Procedimientos para la evaluación del alumno:
Observación
1. Observar y valorar el grado de hiperactividad de forma sistemática.
2. Considerar todas las causas posibles y sus implicaciones psicopedagógicas.
3. Recoger un registro-anecdotario amplio de conductas hiperactivas específicas.
Evaluación
4. Determinar éxitos comunes en habilidades académicas directa básicas, tales como la lectura, escritura y cálculo, mediante la administración de pruebas adecuadas.
5. Determinar alteraciones señaladas: sensoriales, motoras o Perceptivas, a través de la aplicación de inventarios seleccionados o tests.
Consulta y referencias
6. Implicar a los padres en la evaluación del niño.
7. Obtener ayuda especial del psicólogo, médico u otros colaboradores, en la medida que sea necesaria.
Procedimientos para la programación del alumno:
Programación escolar
8. Comentar los resultados de la evaluación con el orientador escolar o la asociación de alteraciones de aprendizaje y planificar todo el programa de intervención escolar.
9. Obtener ayuda de un profesor complementario, o educador especial, si es necesario.
Programación de clases y del profesor
10. Seleccionar objetivos de aprendizaje adecuados para el niño.
11. Impartir diariamente sesiones terapéuticas para la reducción de la hiperactividad.
12. Registrar diariamente sesiones los progresos y recompensas del alumno.
Programación de padres
13. Informar a los padres del programa terapéutico y de los progresos del alumno.
14. Conseguir colaboración y apoyo de los padres en la enseñanza complementaria en casa, etc., para reducir la conducta hiperactiva.
El diseño de un programa general para el tratamiento de la hiperactividad debería incluir diversas áreas críticas relacionadas, como son:
ACTITUD Y CONDUCTAS POSITIVAS
En esta área el elemento esencial es que el profesor haga todo lo posible para ofrecer un buen modelo de conducta personal. Esto incluye acercarse a los alumnos de forma tranquila, equilibrada y relajada, escucharles con atención y atender a su comportamiento adecuado. Algunas sugerencias específicas son:
- Actuar siempre de forma que transmita su fe en el alumno.
- Estar seguro de que sus objetivos individuales y expectativas con respecto al alumno son adecuadas y razonables para éste, asegurándose así éxitos considerables.
- Dar órdenes, instrucciones y normas de forma clara y concisa. Intentar hablar menos, y actuar y demostrar más.
- Ofrecer un plan de aprendizaje para la clase diaria, variado, pero estructurado y estable, de forma que sus alumnos puedan preverlo y contar con él.
- Implicar a los padres, otros estudiantes y voluntarios de todas clases, disponiendo así de tanto personal de entrenamiento como sea posible.
- Asegurarse de elogiar un buen modelo de conducta entre los alumnos.
- Ignorar en lo posible la conducta inadecuada del alumno hiperactivo e inmediatamente buscar un buen modelo para alabarlo y señalarlo. Cuando la disciplina sea necesaria, mostrarse tranquilo, firme y seguro, razonable y adoptando siempre una actitud educativa.
- Asegurarse de que se han considerado las necesidades, destrezas y limitaciones especiales de cada niño, al diseñar cualquier programa terapéutico.
- Como complemento a la alabanza, organizar un sistema de refuerzos y recompensas, empleando puntos, fichas, privilegios y otras cosas deseadas por el niño.
- Implicar al alumno en seleccionar sus propios objetivos personales y en diseñar sus programas de aprendizaje.
- Conversar y aconsejar a los alumnos con frecuencia, observando sus preocupaciones, autoestima, problemas personales y sentimientos acerca de su consecución de metas y objetivos.
DISEÑO DE UN AMBIENTE DE APRENDIZAJE ESCOLAR
La mayoría de estas sugerencias requieren que el profesor esté implicado, de alguna manera, en la asociación escolar para planificar la orientación de los niños con alteraciones de aprendizaje, ya que dichas sugerencias influyen en el funcionamiento de toda la escuela. Muchas de ellas pueden ponerse en práctica en la clase o en programas especiales, si el profesor así lo desea.
- Ofrecer tareas y ejercicios de aprendizaje adecuados, diseñados para reducir la hiperactividad, mediante el desarrollo de la relajación, la inhibición muscular y la atención y concentración.
- Organizar sesiones programadas, complementarias e individualizadas; unidades, equipo y materiales que el alumno puede utilizar según su propia evolución.
- Situar a los alumnos en varios grupos, clases y equipos de acuerdo con su nivel de ejecución en cada habilidad o materia académica.
- Ofrecer algún lugar de estudio privado, despacho o escritorio resguardado, donde el niño pueda ir a estudiar o concentrarse.
- Ofrecer materiales de lectura de niveles múltiples y ayudas complementarias para determinados aprendizajes tales como modelos, juegos y equipo manipulativo.
- Diseñar programas con diferentes formas de movimiento físico o distensión cada veinticinco o treinta minutos por lo menos.
- Utilizar marcadores para señalar la página, tarjetas para señalar los renglones de la página y <
- Programar actividades para niños hiperactivos, tales como: ser monitores en la escuela y en el aula; llevar mensajes, películas, libros; borrara la pizarra, etc.
- Establecer un rincón para trabajos manuales y actividades artísticas con mesa de arena, caballete, arcilla y materiales de usos múltiples, para exploración sensorial y relajación.
- Disponer de una habitación para el desarrollo motor, con colchonetas, tablas de equilibrio, balancines, pesas, escaleras, cuerdas, etc.
- Preparar una pequeña camilla o colchoneta plegable en una esquina resguardada para un descanso especial y momentos de relajación.
- Emplear tapones para los oídos y orejeras para reducir la distracción auditiva.
- Emplear videotape para filmar y ver después el comportamiento deseable o con éxito como modelo para una práctica posterior del alumno.
- Asegurarse de que la temperatura, la iluminación, el equipamiento, el color de los muebles de la habitación y los materiales educativos son adecuados.
- Diseñar una hoja de registro positiva para anotar los continuos progresos del alumno; no emplear los grados de comparación o marcas tradicionales y estandarizados.
- Establecer un rincón o habitación <
- Si es necesario, limitar la jornada escolar del alumno.
- Desarrollar un programa de educación de padres para enseñarles cómo tratar a sus niños hiperactivos.
- Implantar un programa anual de entrenamiento para todos los profesores de la escuela, para revisar y sugerir mejorías en el programa diseñado.
SESIONES TERAPÉUTICAS
En esta área entrarían a formar parte los ejercicios de aprendizaje anteriormente nombrados. Pero también deben tenerse en cuenta las siguientes tareas y ejercicios de aprendizaje al desarrollar una programación psicopedagógica para la reducción de la hiperactividad. Las actividades estaría agrupadas en cuatro apartados: entrenamiento en relajación; ejercicio físico y entrenamiento en reducción de la tensión; entrenamiento en inhibición perceptivo-muscular; y entrenamiento en atención y concentración.
BIBLIOGRAFÍA
NIÑOS HIPERACTVIOS
Guía para la familia y la escuela
ROBERT E. VALETT
Biblioteca de psicología y educación
Editorial Cincel
2 Comentarios:
Que tema mas interesante..
Compañeros/as parece que por un error informático hay algunas palabras que no aparecen, mientras intento averiguar cómo arreglarlo, disculpar las molestias.
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